martes, abril 11, 2006

Saber comprar


Esta foto que les muestro ahora corresponde al antiguo Huauchinango, por lo menos a ése de la década de los años 40 o 50, cuando el tianguis sabatino inundaba la plazuela principal. (De hecho, la expresión coloquial, muchos años después, era "voy a la plaza" o "es el día de la plaza", en referencia a la vieja ubicación.

Eran tiempos de calma en los que uno podía acudir al bullicioso mercado para elegir los ingredientes, fresquísimos, que esa tarde habrían de convertirse en suculentos guisados.

¿Qué pasó con la tradición de comprar despacio? Algo ocurrió en las sociedades modernas y cambiamos el recorrido paciente por plazas y mercados para sumergirnos en la vorágine, en el ritmo incesante que nos imponen las ciudades y los, cada vez más, gigantescos supermercados a los que acudimos más o menos mecánicamente.

Me viene la reflexión a propósito de una crónica recién publicada en El País Semanal, sobre el recorrido que los Chefs Arzak y Adriá realizaron por un mercado de Barcelona.

La crónica refiere el cuidado, el amor sincero, con que los renombrados cocineros se concentraban en los frutos, en las materias primas, en los colores maravillosos de tomates, pimientos y cebollas y me recuerda esos tiempos en que cargábamos las canastas de mimbre y esas peculiares bolsas de "mandado", en plan de acompañantes y porteadores profesionales de nuestras amorosas madres.

Ese mismo ánimo debería guiarnos a todos a la hora de escoger lo que habremos de consumir para hacer honor a aquel principio insustituible que nos dice que, al final, somos lo que comemos. ¿No?

Aldrin Lenin Gómez-Manzanares

1 comentario:

sony dijo...

Buenas tardes, este blog lo ví en un foro donde todos hablaban de tortillas, y me encuentro con este post que me llamó la atención debido a que mi padre era de Teziutlán, Puebla, y es muy parecido lo que ahí sucedía, los ingredientes frescos, la comida mmmmhh! deliciosa!, y las tardes muy tranquilas que pasábamos ya sea en el zócalo o en la plazuela frente al santuario del Carmen, donde hace muchos años se ponía un puesto muy grande para jugar lotería las tardes de los Domingos, en fin, su post me hizo recordar todo eso.